Con el nombre de laicos por la paz se entiende a todos los fieles cristianos que incorporados a Cristo por el Bautismo, constituidos pueblo de Dios, hechos partícipes de la función sacerdotal, profética y real: ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de ser sal de la tierra y luz del mundo como Jesús. (L.G.331), testimoniando y anunciando el Evangelio (Mt.28,19).

“La vocación de los fieles laicos en la Iglesia, implica que la vida según el Espíritu se exprese particularmente en la inserción en las realidades temporales y en su participación en las actividades terrenas”. “Todo cuanto hagáis de palabra o de obra, hacedlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre (Col 3,17).

“Los laicos deben santificarse en la vida personal y social ordinaria. Las actividades de la vida cotidiana son ocasión de unión con Dios, cumplimiento de su voluntad, así como también de servicio a los demás hombres, llevándolos a la comunión con Dios en Cristo. (Exhortación Apostólica, Juan Pablo II Fieles laicos Nº 17).

La Comunidad de Hermanas de Nuestra Señora de la Paz, invita a los laicos que deseen unirse a la a la tarea de construir la paz, de acuerdo con el deseo del Fundador: “Quiero que las Hermanas de la Paz se sumen a todos los hombres que están comprometidos en la obra de construir la Paz”. La acción apostólica de los Laicos por la Paz ofrece experiencias de formación integral para que se configuren, al interior de la familia y ambientes de trabajo en multiplicadores y dinamizadores del proyecto evangelizador de la Iglesia, aportando a la transformación de las estructuras sociales desde los valores del Evangelio.