Es una obra que implica grandes desafíos y retos por su riqueza multicultural, la extensión de su territorio y la idiosincrasia del pueblo ecuatoriano. Las hermanas de Nuestra Señora de la Paz, iniciaron su servicio apostólico en el Ecuador, en medio del pueblo pujilense, el 2 de noviembre de 1972; formando parte del Equipo de Pastoral de la Parroquia de San Buenaventura de Pujilí, desde donde se planea, desarrolla y evalúa el plan de evangelización de las comunidades indígenas y mestizas. Su principal preocupación es la formación de catequistas, el fortalecimiento de la fe de las comunidades indígenas, la animación y acompañamiento de las comunidades campesinas, la organización de la infancia misionera, la orientación de los grupos de estudio de la Biblia, la animación litúrgica, la pastoral de enfermos y todo aquello que implique la misión evangelizadora de la Iglesia.

 

Como signos e instrumentos de Paz, las hermanas han entregado sus vidas en el servicio alegre y generoso, haciendo vida el deseo del Fundador Padre Juan Bernardo Sánchez: “quiero que las Hermanas de la Paz se sumen a todos los hombres que están comprometidos en la obra evangelizadora para llevar la Paz”